LA DIETA DE MADURO ES MIL VECES MEJOR QUE LA DEL MISS VENEZUELA...SE PIERDE PESO RAPIDÍSIMO...



 Hoy con “La dieta de Maduro” rebajamos rapidísimo los venezolanos como un globo al cual lo pinchan con un alfiler. No rebajamos “bonitos”, ni saludables: Lucimos “feos", demacrados...

 La dieta de Nicolás Maduro es la mejor del mundo, es mil veces más efectiva que la del Miss Venezuela: Mi ropa interior y pantalones requieren remiendos urgentes. Las pantaletas, las faldas, los pantalones, que nunca me han gustado ajustados, porque me gusta sentirme cómoda, sin que nada me apriete, sencillamente se me caen feísimo. Yo siempre he sido una persona delgada, y una vez en el Gobierno de Chávez, tuve un sobrepeso para mi edad y tamaño (1.72) de 7 kilos, y me dio “el ataque”.

Me fui a ver con una nutricionista, y me disminuyeron la ingesta de los dulces, me bajaron la ingesta de carbohidratos, comer más proteínas, más vegetales, frutas (menos el cambur), tomar 6 vasos de agua al día. En ese tiempo, habían muchas opciones para comer cosas dulces sin engordar. Estaban los famosos sobres de azúcar de dieta SPLENDA y otros parecidos. Chocolates y dulces para diabéticos y unos helados riquísimos de dieta y postres que vendían (no sé si todavía existen) en el Centro Comercial San Ignacio (La Castellana-Caracas). En fín que con esa dieta en 45 días, sin morirme de hambre-comiendo saludable- y disfrutando de las dulzuras de la vida, rebajé los 7 kilos de más, que yo no quería tener.

Hoy con “La dieta de Maduro” rebajamos rapidísimo los venezolanos como un globo al cual lo pinchan con un alfiler. No rebajamos “bonitos”, lucimos “feas”, porque las opciones saludables y sabrosas que hace varios años, me indicó una Licenciada en Nutrición, hoy no son posibles en Venezuela: No existen y las muy pocas que hay son impagables. YO, gracias a Dios, gracias a mi mamá+, gracias a mis cursos de manualidades en los colegios de monjas en donde estudié desde Prescolar, y gracias a un curso de corte y costura que hace un montón de años realicé con el INCE-convenio con la Iglesia Católica, en un conocido colegio religioso ubicado en El Cementerio (Caracas-Municipio Libertador) lo finiquité.



También sé zurcir con un bombillo, como me enseñó mi mamá. Pero mi máquina de coser tiene casi 20 años echada a perder (nunca en verdad la pude dominar, era enredada para mí en rebobinar sus hilos, aunado que para mí siempre fue muy pesada sin ayuda, llevarla a reparar y sin tener carro. Yace “dormida” en el closet de mi mamá. Pero yo sé coser a mano con puntadas de máquina, así dure una eternidad como Penélope en hacer mis remiendos. 

Así, que gracias a “la dieta de Maduro”, a partir de este momento me pondré “poco a poco” a revisar mi ropa y a remendarla o achicarla. Tengo ropa guardada en condiciones impecables, de cuando yo tenía 26-34 años de edad, y que no están pasadas de moda. Siempre fui muy conservadora o cuidadosa en comprar ropa que tradicionalmente siempre han tenido líneas de corte que jamás desentonarán en ninguna época.
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CON LA VENEZUELA DEL "RALLADO" TODOS BAJAMOS DE PESO: Amanecí el domingo 11 de septiembre con algunas "tontas" meditaciones luego de rallar y rallar de madrugadita el súper carísimo papelón para “medio” endulzar el café gringo que me regalaron el mes pasado Algo aparentemente “tonto” como rallar el impagable y carísimo PAPELÓN (2 mil bolívares un pedacito chiquito hasta el 22 de agosto), pero me dijeron el sábado 10 de septiembre que en la Isla de Magarita, está YA costando casi el doble. El ralla, que ralla,  me hizo sentir “muy melancólica” de la Venezuela que muchos tuvimos y que debemos recuperar : Cuando íbamos libres, felices y relajados a cualquier hora y día de la semana a los supermercados CADA o al Central Madeirense, y comprábamos lo que nos diese en gana, incluyendo las ricas chucherías de todo tipo.
 Los venezolanos tenemos que "rallar y rallar" todo lo poco que conseguimos o que podemos comprar. Rallamos infinitamente el queso blanco, la zanahoria, el repollo y el padacito de papelón, el cual cuesta una fortuna hoy, algo que siempre fue baratísimo, con el cual podíamos hacer antes que Maduro llegara al poder, una jarra de limón con papelón ¡Hoy ni esto podemos tomar como refresco para el hogar!...


Cuando el azúcar, se desapareció del mercado venezolano con este inepto gobierno, teníamos aparentemente “el rústico papelón” como opción para “medio endulzar” un cafecito (regalado de alguien del exterior, porque tampoco hay, o es muy caro SI hay en algún lugar mafioso o informal). Ya ni el papelón es una opción, porque su precio en los últimos meses se convirtió en un gran escándalo.

Me hablaron de las hojitas stevia que endulzan, y cuando vi el precio de una bolsita chiquitica en LOCATEL (cadena de supermercados de salud en Venezuela) me dio un soponcio: Impagable para la gente común y corriente como yo. 

Uy, este socialismo del Siglo XXI inventado por Chávez del tamaño de su ego y de los consejos c...de m... de Fidel y Raúl Castro, y actualizado en maldad y empobrecimiento por el economista español Alfredo Serrano de PODEMOS que asesora a Maduro y a sus más radicales del PSUV, nos tiene en el piso a un gentío, flacos como almas en pena y en una miseria que nadie en este país se merece...¡Y rallar, rallar hasta el infinito lo poco que podemos comprar o conseguir!

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